martes, 12 de octubre de 2010

LA CRISIS (4) Y OTRAS CUESTIONES

OTRAS CUESTIONES
Comenzaré esta nueva entrada con otras cuestiones, distintas a la crisis. Voy a seguir ocupándome de ella, pero no quiero aburriros con la narración de mi percepción de la crisis, que considero necesaria para llegar a comprender el sentido que tiene este "blog": Mi preocupación por la deriva hacia una situación parecida a la de los años treinta, que me gustaría llegara a muchos, para que, entre todos, podamos evitar sus más funestas consecuencias. Por ello, como os digo, continuaré dandoos la tabarra, aunque al figurar como un apartado, aquellos que penseís que no os aporto nada nuevo sobre la crisis, podeís limitaros a leer la primera parte de las fúturas entradas de este "blog", al que pretendo dar así un aire más fluído- espero que, también, más atractivo-, que os anime a recomendarlo a vuestros amigos y que, gracias a vuestros comentarios, pueda ser enriquecedor para todos. No sé si, exáctamente, lo que pretendo hacer se parece a un "blog" mejor que las anteriores entradas, pero espero vuestras críticas para intentarlo.
Comienzo por haceros llegar mi indignación ante lo que he oído a través de TVE cuando presenciaba el Desfile Militar de nuestra Fiesta Nacional en el Paseo de la Castellana., pues os escribo (en borrador) el miércoles día 12 de Octubre: Me refiero a los gritos de "¡Zapatero, dimisión!", que profería un grupo de enérgumenos, incapaces de callar, ni siquiera, cuando iba a ser depositada la Corona de Laurel, al pie del mastíl de nuestra bandera, en recuerdo de quienes perdiéron su vida sirviendo a España y a los Españoles. Es una pena que nuestro Rey no hubiera dispuesto de un microfóno para decirles lo mismo que le dijo al Presidente Chaves en una memorable ocasión. Porque lo intolerable de esos gritos no es que algunos o muchos españoles puedan pensar que lo mejor para nuestro país sería que el actual Presidente del Gobierno dimítiera y se convocaran elecciones generales. Lo inaceptable es que se produzcan en un acto institucional. Lo inaceptable, en un régimen democrático es la falta de respeto que suponen, no sólo hacia un Presidente, con el que se puede discrepar, pero que merece la consideración debida a su cargo, sino también hacia todos los que les oíamos vociferar, aunque algunos, o muchos, puedan estar de acuerdo con esa petición. Es probable que muchos de los participantes de ese vocerío sean los mismos, o los herederos , de quienes hace años gritaban "¡Ejercito al Poder!" . Felizmente nuestro Ejercito ahora es el Ejercito de España y no el de Franco, y por eso, quizás, ya no le jalean. Pero es muy probable que las hordas vociferantes han aumentado en los últimos años. Entre los que gritaban ya no había sólo añorantes de un Régimen Totalitario, casi olvidado, sino cachorros, nacidos en democrácia, que han aprendido estos malos modos de nuestros políticos. ¿Quien no ha visto las escenas de auténticos "hooligans" aporreando los pupitres de sus escaños en el Congreso o en el Senado, cuando hablaba un parlamentario o un miembro de gobierno -especialmente si este era el Presidente- para poner de manifiesto su discrepancia? Por mucho que me digan que en otros Parlamentos ocurren cosas aná.logas o peores, discrepo de que esa sea forma, civilizada, de comportarse unos representantes de la Nación. Hace años - en las últimas legislaturas de Felipe González - estas "formas", a mi juicio "poco educadas,  hicieron su aparición en nuestras Cortes. Conozco al promotor de ellas, entre los diputados del Grupo Popular, que, curiosamente, es una persona educadísima ( no tengo reparo en señalar que se trata de Miguel Angel Cortés, que fue Portavoz en las Cortes de Castilla y Léon, donde núnca me organizó follón alguno), pero no puedo sino condenar sin paliativos esos comportamientos, más propíos de niños gamberros que de sesudos legisladores. Pero es que además, esos comportamientos son los que dan lugar a espectaculos bochornosos como el de hoy. Los ciudadanos acaban imitando lo peor de los políticos. Si entre ellos no hay respeto alguno, si se insultan, si no existe esa convivencia en la discrepacia, con el dialogo, de la que nos hablaba Antonío Garrigues Walker hace unos días, en el Teatro Calderón de Valladolid, que os trasladé la semana pasada, difícílmente, habrá  diálogo y respeto en el conjunto de la socuiedad. Y esa es una de las cosas que me preocupan.
Que  a los ciudadanos, cada vez en mayor número - según las encuestas- , no les guste el actual gobierno y su Presidente, no es ningún problema. Vivímos en una democrácia y, a mas tardar, en la Primavera de 2012 habrá elecciones y puede producirse la alernancía. Puede que algunos estén impacientes por que llegue ese momento. Aunque, personalmente, creo que unas elecciones adelantadas es lo peor que le puede pasar a este país para salir de la crisis, pero vociferar, perder el respeto a los gobernmantes y a las instituciones...y a todos los demás ciudadanos, es algo INACEPTABLE y preocupante. Y no porque este gobierno lo esté haciendo muy bien, a juicio de muchos. Pero hay que discrepar civilizadamente, de forma educada, y porque de lo contrarío, MAL VAMOS. Y efectivamente, a mi juicio, vamos mal. Y debemos preocuparnos.    

1 comentario:

  1. Comparto totalmente tus opiniones sobre los hechos de esta mañana, y me asusta tu lucidez, aunque espero y deseo que la ciudadanía reaccione a tiempo.

    Carlos, de Trato Ciudadano de Avila.

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