viernes, 29 de octubre de 2010

¿ASOMA LA CRISIS SOCIAL?

En mi última entrada me refería a las huelgas en Francia. Siguen. Aunque el periodo de vacaciones escolares que ahora distrutan los estudiantes de nuestro país vecino puede significar, al menos, que éstos no participen en las algaradas. Pero, además de manifestaciones, ha habído disturbios graves en alguna ciudad, como Lyon. Y entre nosotros también se han producido disturbios importantes, en una ciudad como Melilla duramente afectada por el paro. ¿Son señales de que a la crisis económica sigue otra, violenta, de crisis social, como en los años treinta? Crisis social, claro está, se produce siempre que la situación económica hace que algunos paguen, en mayor medida, los "platos rotos", aumenten sus dificultades, como consecuencia del paro y las menores  facilidades de encontrar trabajo por parte de quienes intentan incorporarse al mercado laboral, como los jovenes y los inmigrantes, pero aquí me refiero a si esa crisis social puede llegar a agravarse hasta el punto de que llegue a generarse un conflicto abierto entre los desesperados y el resto de la sociedad. Un conflicto que puede ser utilizado por "grupos radicales" y conducir a que la sociedad instalada, temerosa, éxija respuestas contundentes, estando dispuesta a sacrificar "un poco de su libertad" por su seguridad, sin darse cuenta de que, con frecuencia, ese sacrificio conduce a la perdida de ambas, como, insisto, ocurrió en los años treinta. Las clases medias, temerosas, trajeron los régimenes fascistas. Los "grupos radicales" pueden ser de cualquier signo, como lo fueron entonces. No está claro, por ejemplo, quienes radicalizaron las protestas de Grecia, contra el duro reajuste impuesto por un gobierno de izquierdas que, desde luego, no fue el culpable de la dimensión alcanzada por la crisis con un gobierno conservador. ¿Fueron los "anti-sistema" los que quemaron aquel establecimiento bancario donde se produjeron varias victimas mortales? ¿Fueron provocadores de otro signo?
El peligro de pasar de la protesta, légitima, a la algarada callejera y de ésta a la violencia es siempre grande. ¿Recordaís lo que pasó durante la pasada huelga general en Barcelona?.Por eso me preocupa el anuncio de movilizaciones hecho por nuestros dos principales sindicatos, CCOO y UGT, que vienen carácterizandose por su sensatez,....aunque, lamentablemente, sensibles a la critica que se les ha hecho también de su "blandura" y, incluso, a la acusación de connivencia con el gobierno, han terminado pensando que deberían exteriorizar su malestar, oponiendose, rotundamente, a las medidas adoptadas desde el pasado mes de Mayo, a la Reforma del Mercado Laboral y a las otras reformas que se nos avecinan, como la de las Pensiones, que es natural que no les gusten (ni nos gustan tampoco a otros muchos, entre los que me cuento), sin pensar si caben otras alternativas de política económica en el contexto en el que nos encontramos: Una Unión Europea con una mayoría de gobiernos conservadores, entre los que se encuentra una Alemania que no está dispuesta a respaldar, frente a los voraces "mercados", a aquellos estados que no atiendan las "recomendaciones" acordadas en el ECOFIN (El Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la Unión). Es verdad que ésto puede sonar a que no hay otra "economía" posible, como han repetido, desde hace años, los que han sacralizado a los "mercados". Pero, ahora, un país como el nuestro, España, no puede hacer algo distinto a lo que está haciendo nuestro gobierno y que durante bastantes meses -porque estoy seguro que no le gustaba a Zapatero- se resistió a hacer.
El problema, claro está, reside en que esas medidas por sí mismas no van a hacernos salir de la crisis. Podemos - y ojalá sea así- beneficiarnos de la recuperación que parece va haciendose realidad en otros países europeos, como Alemania (donde, por tanto, es natural, además de por tener un gobierno conservador, que no se consideren ya necesarias las políticas expansivas; cosa que no ocurre aún entre nosotros), pero además es necesario recuperar la confianza y a ello no van a contribuir las movilizaciones sociales, aunque éstas sean tan civilizadas como, en general, la huelga del pasado 29 de Septiembre.
Es verdad que la Reforma del mercado Laboral no va a crear puestos de trabajo. No se crean puestos de trabajo abaratando el despido. El empresario que contrata a un nuevo trabajador lo hace en función de sus expectativas. Piensa que ese trabajador le va a hacer ganar más dinero, porque cree que puede ampliar su volumen de negocio. No piensa en cuanto le va a tener que pagar si le despide. Si cree que va a tener que despedirle pronto, no lo contratará. Por eso estoy de acuerdo con los Sindicatos de que el nuevo marco laboral no añade nada a la resolución de la crisis,....pero nos lo han impuesto, "para tranquilizar a los mercados". Es verdad que una ley puede cambiar otra. Pero ¿que ley pretenden sacar adelante con esa iniciativa legislativa popular que nos anuncían también CCOO y UGT?.
Y está lo de "las pensiones", y aquí si difiero de los planteamientos sindicales y participo de los del gobierno. Ahora, es verdad, no es imprescindible retrasar la edad de jublilación ni adoptar otras medidas que aseguren la viabilidad del sistema público de pensiones, amenazado, aunque a medio plazo, por la evolución demográfica de nuestro país. La quiebra anuncidada hace años se salvó por la llegada de esos cuatro millones de emigrantes que ahora algunos querrían expulsar. Pero, ¿vamos a poder seguir registrando un ritmo de emigrantes como el registrado en años pasados, en pleno "boom" de la construcción?. y lo que es una realidad  es el que, felizmente, ahora vivimos durante muchos años; muchos más que nuestros padres o abuelos, que se jubilaban a los setenta o más años de edad y que sobrevivían muy pocos años más a ésta, si es que llegaban a ella. Hoy un jubilado a los sesenta y cinco años - y no digamos, los muchos que se jubilan antes- puede, perfectamente durar veinte años, disfrutando de su jubilación. Probablemente, también felizmente, se habrá incorporado más tarde que su padre o su abuelo a la actividad productiva. Un tabajador manual lo hacía antes de los dieciocho años, y ahora a esa edad está aún estudiando, y un profesional universitario, como yo, conseguía su primer trabajo antes de los veintitres o veinticuatros años, cuando ahora hace un master o cualquier otro tipo de especialización. ¿Os salen las cuentas?. ¿Se puede, cotizando durante treinta y cinco años, recibir una jublilación digna durante veinte o más ?    
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