lunes, 28 de febrero de 2011

ALGO SE MUEVE

Esta vez, como consecuencia de mis diversas actividades,  he retrasado considerablemente -veinte dias- la edición de una nueva entrada en este blog. Pido excusas por ello a cuantos me seguís.
Comenzare señalando que el pasado viernes dia 18 recibí un documento interesante, que es el que da pie al título de la presente entrada. Se trata de un " Llamamiento a la convergencia y a la acción" entre cuyos primeros firmantes figura una personalidad especialmente querida y admirada por mi: el profesor Jose Luis Sampedro, economista y escritor, a quien siempre considere mi Maestro  en la Universidad -prácticamente, casi único, ya que  he sido poco admirador de "vacas sagradas"- y cuyas clases nunca he olvidado. Junto a él figuran otros varios economistas, como el Rector Berzosa o Vicent Navarro, cuyas tesis sobre la crisis he recogido en este blog, que me merecen igualmente mi máximo respeto como profesionales de la economía, además de figuras notables del mundo de la cultura.
No estoy completamente convencido de que las medidas que propugnan para hacer frente a la crisis, frente a las que vienen aplicando los gobiernos - entre ellos, el nuestro- sean realistas, si la receta se aplica únicamente por un pais -sobre todo con un peso especifico como España, que no es sino una potencia mediana-, pero no puedo dejar de compartir el fondo de este llamamiento. Sí, es necesario y urgente despertar la conciencia de la opinión publica sobre las amenazas que se ciernen no sólo sobre la economía, sino sobre la democracia, la justicia y el bienestar de la mayoría de la población. Lo he dicho yo también  desde este blog. Y algo hay que hacer.
Es urgente, sin duda, movilizar a la ciudadanía. No se tampoco si la formula para ello son las Mesas de Convergencia Ciudadana que pretenden constituirse, pero estoy plenamente de acuerdo con su carácter unitario y que no pretendan sustituir ni suplantar las iniciativas de partidos políticos, sindicatos y organizaciones sociales existentes. Es indiscutible su similitud con las plataformas que se organizaron en los estertores de la Dictadura (especialmente, las juntas democráticas) , en las que pudimos participar muchos -incluso como independientes - en aquellos momentos cruciales para el devenir político de nuestro pais, y que resultaron decisivas para que fracasara el intento del Régimen de perpetuarse mediante simples retoques cosméticos. La restauración de un régimen de libertades fue una obra de todos, que no hubiese resultado posible sin aquella movilización ciudadana.
 Ante una situación como la actual, de despego creciente hacia la política y hacia las instituciones democráticas, agudizado entre los sectores más progresistas y la juventud como consecuencia de la crisis y de política económica seguida en los últimos meses, que ha defraudado a muchos (aunque algunos pensemos que, lamentablemente, resulte obligada dentro del contexto en que nos movemos, donde no hay margenes de maniobra), sin duda, hace falta una nueva movilización. Quizás es la única formula, a corto plazo, de evitar una abstención creciente ante las próximas citas electorales, que es la que puede dar una mayoría absoluta a aquella opción política que agudizará el carácter antisocial de las medidas contra la crisis -aunque ahora se callen- y la destrucción del Estado del Bienestar, como pretende el liberalismo neo-con. Pero es que, además, es imprescindible plantear que el modelo capitalista actual, la "dictadura de los mercados", no es en modo alguno el único posible. Y aunque, como antes indicaba, no es factible para un único país diseñar una economía alternativa -y menos aún, en el contexto europeo, dominado por las posiciones conservadoras-, no deja de ser importante tomar conciencia de que no estamos condenados irremediablemente a que todo siga igual o peor. Y quizás para ello no sea  malo que debamos "sublevarnos", resistir pacificamente,  "indignarnos" (Indignez-vous),como dice quien fue uno de los autores de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de 1948, Stéphane Hessel, a sus 93 años, frente a ese estado de cosas que nos conduce a la destrucción de la sociedad democrática y solidaria por la que hemos luchado. La indiferencia, dice Hessel, es la peor de las actitudes.Nuestra colera contra la injusticia-añade- debe permanecer intacta. Y termina : "CREAR, ES RESISTIR. RESISTIR , ES CREAR".
Bienvenidas, pues esas Mesas de Convergencia Ciudadana, sobre las que nada he leido en los medios de comunicación. Como tampoco nada supe hasta ahora del Movimiento de Cientuficos y Universitarios ante la Crisis y el movimiento ATTAC (Contratacando) que dieron origen el pasado verano a "Críticos y Ciudadanos", antecedente de esas Mesas. Algo se mueve, felizmente.
PS: Podeis conseguir información de primera mano en http://www.criticosyciudadanos.com/, donde, además, podeis ver y escuchar a José Luís Sampedro, así como en http://mesasdeconvergencia.wordpress.com/, o contactando con ellos a traves de mesasdeconvergencia@gmail.com.   

lunes, 7 de febrero de 2011

BUENAS NOTICIAS

Lamento no haber acudido a mi cita semanal, sobre todo cuando, como reza el titulo de esta entrada, las noticias a comentar son BUENAS. Salvo, me imagino, para los partidarios del "cuanto peor, mejor"...., aunque es cierto que eso es así para determinados intereses.
Entre las buenas noticias debe destacarse el acuerdo alcanzado entre el Gobierno y los interlocutores sociales -sindicatos y patronal- en torno a la reforma de las pensiones; abierto, ademas, a otras reformas que deben abordarse con carácter inmediato, como condición necesaria, aunque no suficiente, para salir de la crisis. El paro, como lamentablemente se encargaba de recordar la EPA el mismo dia en que se formalizaba la firma del pacto social, seguirá siendo nuestro gran problema durante bastante tiempo y el obstáculo para que no pueda afirmarse que llego la recuperación. Todos estamos de acuerdo que la creación de puestos de trabajo es lo que nos sacara efectivamente de la crisis-Rajoy dixit, aunque sin concretarnos "como"-, pero el pacto social no deja por ello de ser una excelente noticia. Sin paz social difícilmente se puede pensar en la creación de puestos de trabajo. Se agudizaría su destrucción. Pero sigue sin ser fácil sustituir esos dos millones de empleos que se volatilizaron con la explosión de la burbuja inmobiliaria, al dejarse se construir esas seiscientas o setecientas mil viviendas que se construyeron en exceso al calor de la especulación con el ladrillo - cada vivienda construida representa alrededor estrés puestos de trabajo-, que no creo pueda atribuirse en exclusividad a una mala gestión del actual gobierno, sino también, y en mayor medida, a aquel que, al parecer, demostró la eficacia de las recetas económicas de la Derecha. En cualquier caso, como digo, al alejarse la perspectiva de la confrontación social, estamos mas cerca de poder salir de la crisis, si somos capaces de proseguir el camino de las reformas imprescindibles para perfilar un nuevo modelo de crecimiento.
No llego a entender muy bien el rechazo al acuerdo alcanzado sobre las pensiones, que quienes lo rechazan reconocen ser imprescindible. Es posible que a muchos no guste eso de jubilarse mas tarde, tener que cotizar durante mas tiempo para cobrar la pensión, o calcular esta sobre la base de un numero mayor de años, pero garantizar un sistema publico de pensiones es mucho mas importante que mantener intactos presuntos derechos adquiridos que la demografía hace insostenibles-incluso aunque hubiera pleno empleo, y no cuatro millones y medio de parados.
La de hoy -el anuncio de la nueva Batasuna de su rechazo a toda violencia, ETA incluida- también es una buena noticia, mal que les pese a aquellos, como el señor Mayor Oreja o la señora Agurre, que se manifestaron el sábado en Madrid, que parecen preferir que el terror que segó la vida de tantos inocentes -entre ellos, los de muchos familiares de los presentes en esa manifestación- no acabe nunca, porque esta muy bien eso de pedir la derrota sin paliativos de los asesinos, pero eso-aunque ahora parezca mas cerca-se viene buscando desde hace ya cuatro décadas. No es mala noticia que, al menos, quienes hasta ahora no condenaban la violencia y "comprendían" a los asesinos, reconozcan que no hay otra vía para sus aspiraciones independentistas que la de las urnas y que para ello ETA y su violencia asesina constituye un obstáculo insalvable, que hay que superar. Y aunque cabe no nos fiemos del todo de esa nueva Batasuna, con las caras de siempre, bienvenida sea a la confrontación electoral, si de verdad cumple los requisitos que impone la ley de Partidos. Ser estrictos en la exigencia de que cumplan con la legalidad en vigor es distinto a impedir poco democráticamente, como piden algunos, que puedan presentarse, sobre la base de su comportamiento en el pasado. El Estado de Derecho tiene que aplicar la ley, pero no puede discriminar a nadie a la hora de aplicarla.