viernes, 24 de septiembre de 2010

LA CRISIS (1)

Aunque pretendo mantener este blog con una periodicidad semanal, el hecho de que la primera "entrada" estuviera dedicada integramente a explicaros el "porqué" y el que, naturalmente, en estos momentos iniciales sean bastantes los temas que bullen en mi cabeza, con ganas de dar mi opinión sobre ellos, determina que vuelva a escribir en él al cabo de sólo tres días.¡Ah!...y otra nota prévia: Lo de Ávila en el título obedece a mi vinculación con ella y a que, al buscar un título para el blog, sólo introduciéndola resultaba posible lo de "Otra Política".
Prometí explicaros mi teória,compartida con muchos, de que está crisis se parece cada vez más a la del 29 y mis temores de que ésto sea así; de que Europa -y no sólo España- pueda estar deslizándose por unos senderos análogos a los de los años treinta. Voy a intentar hacerlo.
Hace pocos días, los resultados de las últimas elecciones celebradas en Suecia encendían una nueva señal de alarma: La ultraderecha se instalaba en el Parlamento de ese país escandinavo. Una señal que se suma a que en un país tradicionalmente tolerante, como Holanda, un partido xénofobo se situase, hace poco, en tercera posición entre las fuerzas parlamentarias, o que, no hace mucho,  hayamos vuelto a ver, por televisión, imagenes de militantes de ultraderecha, con camisas pardas, desfilando por las calles de Budapest. Y éstos no son sino tres ejemplos, por no referirme a situaciones políticamente más graves aún, como esos cien dás sin gobierno de un país al borde de la rúptura, como Bélgica. O lo que representa el populismo berlusconiano en Italia.l
La historia no se repite milimetricamente, ni los hombres estamos fatálmente condenados a repetirla si nos olvidamos de ella. Pero no dejan de producirse con frecuencia fenomenos similares, o incluso muy similares, si no se hace nada, o muy poco, por evitarlo.
 Hay fuerzas poderosas -ocultas o no, pero siempre "discretas"-, vinculadas al mundo del dinero, que siempre que encuentran una situación propicia, desencadenan una serie de fenomenos que favorecen sus intereses, sin importarles mucho el coste para los demás. Necesitan,-repito-, que la situación sea propicia para ello: Un contexto social; concretamente, que la sociedad esté inerme -fundamentalmente porque ha abandonado ciertos valores- y le resulte dificil reaccionar ante las secuencias que se desencadenan: Crisis Financiera- Crisis Económica- Crisis Social- Crisis Política,...-auge de los Totalitarismos-,....-Guerra,...que fialmente hace que todo vuelva a estar como antes,...o más bien no, puesto que algunos se habrán enriquecido extraordináríamentea y muchos habrán perdido todo.
No quiro creerme que vaya a ser ahora así, como tras el crack de la Bolsa de Nueva York de 1929. La historia no tiene por qué repetirse y cabe esperar que algo hayamos aprendido de la amarga lección de entonces. Os aseguro, sin embargo, que fue un amigo, mejor conocedor que yo del mundo de las finanzas internacionales, ya que ha sido directivo de una importante entidad bancaria, el que me hizo pensar en esta posibilidad. Sucedió hace ya casí tres años, -cuando aquí todavía no se quería admitir la gravedad de la crisis, de una dimensión sólo comparable con la del 29, - y os aseguro que me quedé helado cuando, al preguntarle que como y cuando acabaría esta crisis, me contestó con un rotundo "Con una guerra, como en los cuarenta", aunque, claro está, añadió, "no necesariamente de carácter mundial como aquella".
Reitero mi condición de hombre optimista.Creo en la Esperanza.  Pienso que nada está escrito y que los males pueden evitarse. Pero, a mi juicio, sí se dá el mismo "caldo de cultivo" ahora que en el 29, por lo que respecta a la capacidad de reaccionar de nuestra sociedad ante las adversidades económicas.
La sociedad europea de los félices años veinte se parece bastante, en cuanto a perdida de valores, a  la de la "cultura del no esfuerzo", del culto al enriquecimiento rápido, especulátivo, hedonista e insolidaria que ha crecido junto al bienestar material, en los países ricos, en estas últimas decadas.Nuestra sociedad - la española- es un paradigma de ello. Y desde luego no es fruto de ZP, a quien muchos quieren ehar la culpa de todo, y no sólo de la parte que, como gobernante, puede corresponderle en algunas cosas.
Hace ya casí veinte años - os confieso que me encanta desenpolvar idéas que pensé hace tiempo,  con las que sigo estando de acuerdo-, en un artículo de opinión que publicaron ( entre el 4 y el 8 de diciembre de 1990) varios periódicos de Castilla y León, titulado "Un poco de Sensatez", señalaba que "en una sociedad láica, pluralista, hay sitio -debe haberlo- para la educación en una moral y una ética comunes a la inmensa mayoría de los mortales....". Y añadía que "..no debe borrarse de un plumazo ni la tradición judeo-cristiana, que constituye un legado ético y natural de nuestro pueblo-, ni las cordenadas europeas, constituídas por el pensamiento greco-romano clásico, la tradición monástica, el Enciclopedismo y la Ilustración , así como los ideales revolucionarios de los últimos dos siglos". Denunciaba, entonces, que los débates sobre la Ley Orgánica de la Educación (la LOGSE) hubiéran ido por otros derroteros (sobre la enseñanza de la Religión como asignatura, o el más prosáíco de la homologación de los centros de enseñanza privados y las subvenciones) que el verdaderamente más importante: La formación de los ciudadanos del mañana. "Y así nos va", decía.
Y aunque, sin duda alguna, hay jovenes, y otros ya no tan jovenes, estupendos -mejores en muchas cosas que los más mayores-, no estoy convencido de que, aunque magnificamente preparados, lo estén para hacer frente a las actuales dificultades que exigen un esfuerzo importante -sacrificios- para superarlas. Unas dificultades que han supuesto un auténtico mazazo especialmente  para ellos -pues basta contemplar las estadisticas de desempleo -, después dehaber vivido algunos -los cuarenta-cincuentañeros- tiempos en que un político se ufanaba de que España era el país donde uno se podía hacer rico en menos tiempo y el modelo a imitar era un banquero que lo había logrado,...aunque luego fuera a dar con sus huesos al penal. Aquello se parecía demasiado- incluso, magnificado- a los año de prosperidad, alegres y confiados -hasta en el Berlín de Cabaret- que siguieron a la Gran Guerra del Catorce.
En una próxima entrada os contaré lo que pienso de la Crisis Finánciera, alumbrada en este caldo de cultivo.

      

martes, 21 de septiembre de 2010

EL PORQUÉ DE ESTE BLOG

Explicar el "probable" contenido de este blog debería, quizás, figurar en el apartado habilitado al respecto.Como verán -o vereís- todos los lectores, comienzo señalando como "probable", y no definitivo, el contenido del mismo, porque he de reconocerles -reconoceros- que no lo tengo aún totalmente claro. ¿Deseo hacerles -haceros- llegar mis opiniones en el terreno político y en el económico, fundamentalmente?.En principio, SÍ, pero no descarto abordar otros temas de actualidad, o no de tanta actualidad, que vayan surgiendo, por distintas razones.
Lo que tengo claras son las razones que me impulsan a utilizar este medio de transmisión de mis pensamientos,añadiéndolo a aquellos otros dos que he venido utilizando hasta ahora: Los articulos de opinión que, con mayor o menor frecuencia, me publican amablemente diversos periódicos de Castilla y León y la ventana que me ofrece todas las semanas (los jueves, a eso de las siete y diez de la tarde) esa "Ventana de la SER", también a nivel regional, que dirige Carlos Blanco, desde la que dialogo con quien fuera primer Presidente de mi Comunidad, y sobre todo excelente persona, Demetrio Madrid.
Explicaros -¿me permitís ya que utilica el tuteo?- el por qué, como dice el título, de este blog, es mi primera contribución al mismo.
Comenzaré confesandoos -lo que es facíl deducir de la lectura del perfil que figura en el lado derecho- que siempre he tenido vocación política, que he ejercido como politico -en la clandestinidad y en democrácia-, que disfruté enormemente durante cuatro años el cargo -alto cargo- que me confirieron las urnas- tras una nominación que me hizo el Presidente de mi Partido-, que me sigue interesando la política, e incluso que no descarto -a pesar de la edad y de eso que se dice de que segundas partes núnca fueron buenas-que aún pueda llegar a involucrarme en la política activa y aspirar a un cargo representativo. os aseguro, no obstante, que nunca fui eso que suele llamarse "político profesional", ni me sentí parte de ninguna "clase política", que probablemente fui un mal político o "poco político", según los "standares" de los profesionales de la política, y que, en modo alguno, pretendo que este blog  sea un instrumento para un eventual regreso a la arena política.
Me mueve - puedo aseguraros-, fundamentalmente, una profunda preocupación, agudizada día tras día, sobre el futuro político de nuestro país, España,  y de nuestra vieja Europa. me alarman los acontecimientos que vivimos,...pero, sobre todo, que el desprestigio creciente de los políticos -de los profesionales de la política-, conduzca -está conduciendo ya- a la indiferencia respecto a lo que supone la democrácia,al olvido de lo que vale la libertad- de que no hay cosa más importante para el hombre que la libertad, que es la que nos hace seres humanos, diferenciados de los otros seres vivos-, de que su conquista no ha sido facil y constituye una tarea permanente, y que el sistema que la garantiza -con todos sus defectos- es la democrácia. Y me temo -aunque quiero pensar que no- que podemos estar deslizandonos -y no sólo en España- por unos derroteros semejantes a los que impulsó la crisis del 29. Hay, lamentablemente, bastantes similitudes entre el discurrir de los acontecicientos de ahora y lo que ocurrió entonces. Ya trataré de explicaroslo en una próxima entrada.
Hace casí exáctamente veinte años -el 23 de Octubre de 199O-, en la Colegiata de San Isidoro de León, formulé al santo, una serie de deseos:
"Que nuestro hijos, felizmente acoscumbrados a la normalidad de la libertad, no por ello dejen de apreciarla".
"Que las instituciones nacidas desde y para la libertad, no lleguen nunca a ser algo lejano, hueco, para ellos o de interés para sólo unos pocos".
"Que el parlamento,-los parlamentos-,garantía básica de la libertad, no pierdan nunca el sentido de la orientación de lo que tienen que ser: representación viva, auténtica, de los hombres libres, empeñados en perpetuar su condición de tales".
"Que sus miembros sean representantes enraizados en la sociedad de la que emergen".
"Que jamás sus representados vean en ellos seres distintos, alejados de los auténticos problemas que les aquejan y para los que esperan una respuesta".
Que los partidos políticos, cauce indispensable en nuestros tiemposbde donde deben salir esos hombres libres, representantes autánticos y enraizados en la sociedad, respondan en su estructura interna y funcionamiento al carácter democrático que impone la Constitución, para poder ser así, de verdad, instrumentos para la particupación política y filón prolífico de aquellos representantes".
"Que quienes nos dedicamos (se dedican) al noble quehacer de preocuparnos por lo que debe preocupar a todos, rehuyamos (rehuyan) convertirnos (convertirse) - ni siquiera que se nos considere-  "clase". Clase aparte que haga que los demás se desinteresen, se alejen de esa común preocupación y pierdan así el aprecio por las instituciones y por la libertad".
No parece que el insigne santo hispalense me hizo mucho caso. Debió pensar que corresponde a quienes aún estamos en la Tierra, y no a los santos del Cielo, hacer que nuestros deseos se cumplan, luchando por ello. Y he decidido que debo luchar por ello, y voy a hacerlo.
Os aseguro que no soy pesimista. Al contrario; soy optimista. Me mueve la esperanza.
Por ello quiero terminar esta primera entrada con unas palabras del inolvidable Labordeta, que recogía también, ayer, nuestro Presidente del Gobierno, en el articulo publicado en EL PAÍS:
"Vamos a hacer con el futuro/ un canto a la esperanza/ y poder encontrar tiempos/ cubiertos con las manos/ los rostros y los labios/ que sueñan libertad".
                                   21 de Septiembre de 2010