jueves, 24 de marzo de 2011

OJALA NO SEA UN ERROR

Sin duda pertenezco a la minoría de discrepantes -fuera del Pais Vasco- con la sentencia del Tribunal Supremo relativa a la inscripción de Sortu, la nueva marca de la izquierda abertzale, en el Registro de Partidos Políticos.
La sentencia significa que no podrá concurrir a los próximos comicios municipales de Euskadi ni a estas elecciones ni a las autonomícas de la Comunidad Foral de Navarra. Los independentistas vascos no tendrán otras siglas a las que acogerse que las de Aralal, Eusko Alkartasuna y Nafarroa Bai, ni otras alternativas para ejercer el derecho al sufragio activo que la de constituir agrupaciones de electores, y ello siempre que tales listas no se consideren "contaminadas" por la presencia en las mismas de candidatos que puedan considerarse vinculados al mundo de ETA. ¿Es eso lo que debería hacerse? ¿Por que discrepamos algunos (incluidos tres Magistrados de la Sala)? ¿ No hay que dar tiempo al tiempo, comprobar que el rechazo de la violencia etarra va en serio, o esperar, incluso, a que los terroristas desaparezcan por completo?
Conste que me equivoque -como los obispos vascos- respecto a la Ley de Partidos Políticos, que condujo a la ilegalizacion del brazo político de los terroristas. Pensaba que no era el marco propio de una democracia, ni creía tampoco en su efectividad. A este ultimo respecto esta claro que me equivoque por completo y que, probablemente, aquella ilegalizacion ha servido para que los abertzales partidarios de la violencia - o, al menos, complacientes o comprensivos con ella- hayan recapacitado y ahora, formalmente, la rechacen. Y, según el Tribunal Europeo al que apelo, la ilegalizacion de Batasuna no significo una transgresión del compromiso de nuestro ordenamiento legal con las practicas democráticas y los derechos de los ciudadanos. Estuve, pues, en un error. Puede que ahora, lo mismo que los demás partidarios de la mano tendida a los sucesores de Batasuna, me equivoque también. Pero lo mismo que Jesus Eguguren, actual Presidente del PS de Euskadi/Euskadiko Ezkerra, o el alcalde de Donosti, Odon Elorza, o muchos nacionalistas y no nacionalistas vascos, pienso que ante el proceso abierto desde hace algunos años en las filas abertzales y, sobre todo, ante los Estatutos presentados por la nueva marca política independentista, no estaría de mas apoyar ese despegue de la organización terrorista, dejandoles participar, para que ETA se quede sin apoyo alguno. Creo que personas como mi amigo Ernest Lluch, asesinado hace y algo mas de diez años, estarían en esta misma posición. Los abertzales intentaran colarse en las instituciones por otra vía y es probable que lo consigan. Lo que creo que esta bien, pues no se puede ignorar la realidad de la existencia de un sector de la población vasca que, lamentablemente, ha mirado para otro lado cuando ETA asesinaba, que creía en la "lucha armada" por la independencia, a pesar de que desapareció la Dictadura en España y difícilmente pueda sostenerse que el Estado Español (o el Frances) oprima a una Nación Vasca irredenta, y que pretendía, únicamente, utilizar las instituciones democráticas para apoyar a la Organización terrorista. Las cosas han cambiado o, al menos, queremos creer que han cambiado y que no se trata de una nueva estrategia, de un simple maquillaje, y de que el rechazo de la violencia no es puro formalismo, aceptado y urdido por los violentos.¿Por que, si cumplen los requisitos formales de la Ley de Partidos, no hay que legalizarlos ya?¿Por que mantener la presunción de que siguen siendo los mismos y pensando lo mismo y pedirles, para que les creamos, pruebas adicionales de su "conversión", como la de admitir sus culpas en el pasado y condenar los crímenes de ETA que no condenaron entonces? ¿ Lo dice, acaso, la Ley?¿Se ha exigido algo similar a otros?¿Tuvo, por ejemplo, Manuel Fraga, que arrepentirse públicamente de haber sido Ministro de la Dictadura y de tantas declaraciones suyas de entonces como considerar una "broma" que a las mujeres de los mineros asturianos huelguistas se les cortase el pelo al cero?¿Y alguien duda de su innegable contribución al asentamiento de nuestra democracia? Y ello vale también para Carrillo y otros dirigentes que antes de ser eurocomunistas fueron estalinistas o, al menos, leninistas. ¿Tenían un pasado impoluto los protagonistas de la Primavera de Praga?¿Lo tenia, acaso, Gorvachov? Quienes hicieron posible la paz en Irlanda del Norte, comenzando por Jerry Adams, no siempre condenaron el IRA. Se convencieron, finalmente,de que el terror no lleva a ninguna parte, salvo a la de provocar dolor, romper familias, causar destrucción y sembrar odios. ¿Por que no pensar que los antiguos batasunos han llegado ya a la misma conclusión? Lamentablemente Otegui no es Adams, el brazo "político" de ETA no ha tenido un peso comparable sobre los terroristas que el que ha tenido el del IRA sobre esta organización, igualmente asesina. Pero ello no significa que, sinceramente, no hayan termidado, también, por darse cuenta de que hay que abandonar "el tiro en la nuca" y optar por las instituciones. Y si eso es así, entiendo que se les ayuda mejor, en su proceso de abandono de sus relaciones con los violentos, demostrandoles que no van a ser siempre unos apestados y que no se les exige otra cosa que el rechazo definitivo a la acción terrorista. La mano tendida, como decía Eguguren en su articulo de El Pais -que no comparto al cien por cien-, acompañada de firmeza, puede ser una mejor receta para acelerar la desaparición definitiva de las alimañas que el mantenimiento de la sospecha sobre las intenciones del mundo abertzale mientras aquellas no se hayan extinguido.
Aunque el proceso probablemente ya no tenga marcha atrás, mejor seria favorecerle que obstaculizarle. Pero quizá me equivoque otra vez pensando que la sentencia del Supremo sea un obstáculo.¡Ojalá no sea un error, sino que quienes nos equivocamos seamos los que tenemos prisa en ver un escenario electoral vasco plenamente normalizado.

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